Comparto con vosotros un poema de William Henley (escrito
en 1875) que mantuvo VIVO y con ESPERANZA a Nelson Mandela a lo largo de los 27 años que estuvo en la cárcel.
En
medio de la noche que me cubre,
negra
como el abismo de polo a polo,
agradezco
a cualquier dios que pudiera existir
En
las feroces garras de las circunstancias
no
me he lamentado ni he llorado.
Bajo
los golpes del azar
mi
cabeza sangra, pero no se doblega.
Más
allá de este lugar de ira y lágrimas
se
acerca inminente el Horror de la sombra,
y
aun así la amenaza de los años
me
encuentra y me encontrará sin miedo.
No
importa cuán estrecha sea la puerta,
cuán
cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino.
Soy el capitán de mi alma.
Soy el amo de mi destino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario